Los Angeles, California Edicion #610 Noviembre 20, 2011
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Manuel Mena O. Editor
Matilde Corea de Mena Directora General
Manuel A. Mena Corea Diseño Pagina Web
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Se consumó el monstruoso Fraude en Nicaragua
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Oposición nicaragüense en ofensiva
diplomática ante fraude de Ortega
Ortega nunca será un presidente legítimo
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El Fraude en Nicaragua, arrasó con los partidos y desapareció a sus dirigentes
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El FSLN tiene el control absoluto de la Asamblea Nacional
En la Casa de Campaña de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), en Bolonia, Managua, donde se fraguó la canallada en contra Víctor Boitano, quien corría como diputado del ALN, sólo sus cuidadores permanecen. Los cantidatos igual que ese partido desaparecieron, en algún lugar del país deben de estar contandos sus dólares, producto de su venta.
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¡Qué abuso! Cristo Rey en la rotonda de su mismo nombre, parece sostener entre sus brazos, el gigantesco rótulo propagandístico del orteguismo. La foto es más que elocuente.
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La sede del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) en Managua, conocida como “380” luce desploblada, como desérticas de votos pelecistas lucieron las urnas, el pasado 6 de noviembre. El descomunal fraude barrió con toda esperanza del millón de empleos prometidos por su iluso candidato.
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Los nicaragüenses donde se encuentren, no deben de callar y denunciar por todos los medios posibles, el colosal FRAUDE
electoral, perpetuado a favor de Daniel Ortega, el pasado 6 de Noviembre. Todos al unísono, deben de denunciar, la forma en que se
dio ese desmesurado ROBO, que comenzó, desde el momento en que Ortega, confirmó en sus cargos, para que operaran a su favor,
a todos los magistrados del Consejo Supremo Electoral y Corte Suprema de Justicia, en la medida en que sus términos vencían, -sin
tener autoridad para ello, por ser atribución de la Asamblea Nacional- que culminó, con el proceso y recuento de los votos en favor
de Ortega de parte de estos magistrados con términos vencidos.
Lo acaecido en Nicaragua durante y después de las elecciones presidenciales y legislativas, no puede, ni deben llamarse comicios
electorales imparciales y democráticos, tienen que ser identificados de fraudulentos por encargo de este moderno Alí Baba -Daniel
Ortega- y ejecutado por los ladrones incrustrados en la Corte Suprema de Justicia, Fiscalía de la República y el Consejo Supremo
Electoral, quienes se coludieron para tan monstruoso FRAUDE, donde se han violentado nueve derechos políticos (47-55)
consignados en la constitución nicaragüense.
Antes de que los pasados comicios generales ajustaran los primeros ocho días, la
oposición liberal hacía un profundo lobby con sectores diplomáticos, presionando a la
Organización de Estados Americanos (OEA) para que rinda su informe sobre las irre-
gularidades cometidas en las pasadas elecciones generales de Nicaragua del pasado
6 de noviembre.
Mientras el Presidente Daniel Ortega sigue recibiendo reconocimientos interna-
cionales, la oposición liberal espera como “agua de mayo” que el informe del organis-
mo hemisférico conozca y se pronuncie sobre lo que los opositores han dado en
llamar “el fraude” del siglo y que no reconozca la supuesta victoria de Ortega en las
urnas.
En Centroamérica los gobiernos de El Salvador y Honduras han felicitado a Ortega
por su reelección, lo mismo que todos los países del ALBA y Dilma Rousseff de Brasil;
Rafael Correa de Ecuador; Evo Morales de Bolivia; Ollanta Humala del Perú.

El cúmulo de aberraciones jurídicas -que comienza con la candidatura de Daniel Ortega- junto a todo
tipo de abusos y arbitrariedades, dio por resultado un fraude que, no por previsto, ha dejado de restallar
contra las aspiraciones democráticas de una mayoría de nicaragüenses. El fraude, previsto y
denunciado desde antes que se iniciara el proceso electoral, tuvo su concreción el recién pasado
domingo.
Con esta forma delictiva de lograr una espuria “victoria” electoral, se abre un nuevo espacio histórico
a los inveterados conflictos políticos que por más de un siglo no han permitido al país, la estabilidad
necesaria para su desarrollo material y humano. Desarrollo saboteado por las ambiciones desmedidas
de individuos, clases y grupos políticos sin escrúpulos, todo lo cual, esta vez, también agrega el sello de
la ignominia sobre la sociedad nicaragüense, al obligarla -prácticamente- a canjear limitadas reformas
sociales por sus libertades democráticas.
Ese espíritu malo de la campaña electoral orteguista, aunque en sus aspectos prácticos no se
cansaron de expresarlo de las formas más obvias, ha sido la manipulación de la juventud y de la
religiosidad del pueblo. Desde el coloniaje español, la religión no había sido, como es hoy, el instru-
mento ideológico más rentable para una clase dominante. La “bendición de Dios” -¡y de “la virgen
santísima”!- la ha utilizado la dominación clasista interna, siempre combinada con la extranjera, como
una patente de corso para el saqueo y su impunidad.




Ciudadanos al hacer fila para poder penetrar a los Centro de Votación
donde funcionaron las Juntas Receptoras de Votos.
En esta fotografía aparece al centro y con un chaquetón con la iden-
tificación de la OEA el observador, el Juan Carlos Romeal quien se
fue del local hasta que los materiales electorales fueron trasladados
al centro de cómputos que funcionó en el Estadio Nacional de Mana-
gua. En la gráfica el observador conversaba con tres ciudadanos.
Estos ciudadanos hacían fila en una Junta Receptora de Votos en una
escuela ubicada en Residencial Rubenia, ubicado en el sector noreste
de la capital.
ATENCION A NUESTROS ANUNCIANTES Y LECTORES Esperen Nuestra Próxima Edición el 4 de Diciembre dedicada a “La Gritería”
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